Desde niño me llamó la atención cuando mostraban en la televisión a personas buscando agua, con simples varillas de árbol, motivándome a construir aquellas horquetas y así jugar en mi patio a que encontraba yacimientos acuíferos o de oro. Pero bueno, al correr del tiempo me dí cuenta que esto no era fantasía, ni tampoco una invención de la televisión, sino más bien que efectivamente todas las formas de vida emitían radiaciones energéticas. Es aquí donde mi curiosidad me ha llevado a indagar por este mundo de las energías, y poco a poco ir entendiéndolas no sólo desde un plano teórico, donde las llaman emisiones radiónicas, sino que también desde la experiencia donde la llamo luz.
La energía, más que una fórmula matemática o numérica, es descrita de tiempos remotos como un regalo de Dios, que es vital, única e ilimitada (sin importar su definición, religión o filosofía), pero lamentablemente la educación formal (colegio y universidad) me llevaba a alejarme del maravilloso mundo que se esconde detrás de esto. Hace ya un tiempo tomé un curso de radiestesia, con el famoso Radiestesista Don José Dekovic, cuya ponencia cambió totalmente mi visión de la Energía. En la actualidad vivo este fenómeno sutil, como “algo” que está en mí y se incrementa con el sólo hecho de invocarla y pedir que tenga un fin; ej : SANAR, ENTENDER, VISUALIZAR, etc. También y aunque sea una frase muy “manoseada”, la energía está en todo y nos une con el todo, siendo aquí donde yo logro percibirla desde un plano más “paranormal”.
¿Pero a donde quiero llegar con esto? … sencillamente a que finalmente entendí, que hay energía en todo lo existente (por el sólo hecho de poseer campos electromagnéticos), y también que existe un gran depósito de ella en nuestra mente inconsciente, siendo desde ahí donde se maneja y dirige la mayor parte de ella.
Radiestésicamente, comencé a hacer variadas mediciones con péndulo, gráficos y varillas, poniendo especial atención a objetos que históricamente han sido sagrados como la CRUZ DE ANKH, OM, FLOR DE LA VIDA, etc.; encontrándome con energías que al cuantificarlas en Unidades Bovis se situaban en parámetros de alta vibración, o mejor dicho, benéficas para la salud del cuerpo humano; y que cualitativamente al acercar un péndulo o varillas, aumentaban su velocidad de giro.
Un día se me ocurrió pedir a un radiestesista, que me testeara en Unidades Bovis, justo en el momento que YO pedía conectarme al “Amor Universal”, para luego eliminar un dolor de espalda de una persona que me acompañaba. Bueno la sorpresa fue increíble, ya que mi energía empezó a incrementarse paulatinamente hasta que se duplicó…!!! Después de esta experiencia, aumenta mi inquietud por hacer más pruebas e ir corroborando lo vivido, ya que así sería la única forma de objetivisar los resultados. Así que puesto en marcha mi nueva investigación, logre corroborar con más radiestesistas y otros sanadores como grupo experimental, este maravilloso incremento energético tras la intervención holística. También hice mediciones mientras la gente meditaba y me encontré con el mismo fenómeno de elevación energética y que declinaba cuando se salía del estado. En fin, comprobé que nuestro cuerpo es un emisor radiónico que se puede potenciar con el sólo hecho de intencionar algo y poner todo el amor en el objetivo.
A partir del Enfoque Alama, que practico hace algún tiempo, me llevaron a cuestionar el uso reiterado de instrumentos de sanación, como cruces, orgones, pirámides, etc., lo cual me lleva a realizar un nuevo experimento. Se me ocurrió visualizar estos objetos en mis manos, siendo mayor mi sorpresa, cuando mis compañeros radiestesistas constataron que efectivamente mis manos adquirían la medición del objeto real.
En conclusión, no necesitamos de accesorios para generar sanación, sólo basta el intencionar con todo el Amor que algo ocurra, meditar y seguir estas prácticas permanentemente en función del autoconocimiento y la ayuda de quienes no encuentran reales mejorías en la medicina tradicional y/u objetos tecnológicos. Quiero invitarlos a que todos tengan la inquietud de conectarse con este mundo mágico de las energías y el potencial que todos tenemos de sanarnos y también sanar a otras personas, sumar armonía en lugares donde escasea y finalmente elevar la vibración donde quiera que vayamos…
Terapeuta Alama
Félix Prelle N.
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