Cirugía Espiritual: Otra forma de sanar

La cirugía espiritual es una técnica energética facilitada por la conexión Alama, que opera a nivel del cuerpo etérico y que utiliza la infinidad de posibilidades existentes en el campo cuántico para devolver la salud a las personas. 

Si bien las terapias alternativas y complementarias han aportado de manera importante al logro de una visión más integral del ser humano, todavía el modelo médico imperante continúa considerando el proceso de salud/enfermedad como un fenómeno que ocurre solamente a nivel físico. Incluso, la psiquiatría explica las enfermedades mentales netamente a través de desequilibrios químicos cerebrales o de lesiones en el sistema nervioso central (condiciones que no negamos, pero que tampoco reconocemos como únicas).

Es así, como la enfermedad es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una “Alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y unos signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible”. A simple vista podemos darnos cuenta de que se trata de una definición simple que aborda al ser humano exclusivamente como “soma” o cuerpo, sin considerar las otras áreas de su existencia.

Incluso es posible ver como cada vez existe una mayor especialización en la medicina que, si bien ha permitido tratar problemas de mayor complejidad y especificidad, también ha implicado una pérdida de visión del sujeto como un todo, condición que en la práctica obliga muchas veces a los enfermos a peregrinar por un sinfín de especialistas en búsqueda de un diagnóstico y un tratamiento correcto a problemas que, tal vez son multicausales.

La herencia cartesiana del dualismo entre mente y cuerpo, mantiene hasta nuestros días esta división. Lo físico y lo psicológico, históricamente desde ese momento se han visto como componentes diferentes del ser humano y recién, probablemente desde la aparición de Freud, ambos ámbitos comenzaron a relacionarse en la mente de los científicos.

La psiconeuroiunmunología, ha permitido integrar mayormente la psicología con la fisiología, al considerar la posibilidad de que ciertos estados psicológicos puedan incidir, de manera directa o indirecta, en algunos síntomas y enfermedades. Asimismo, se ha logrado detectar que algunos padecimientos generan también (debido a un daño neurológico) cambios en la psiquis y en el comportamiento de las personas.

Pero más allá del cuerpo y la mente (tomada como manifestación funcional del cerebro), no hay cabida para otros elementos en la concepción occidental actual del modelo de salud/enfermedad. El alma, el espíritu, o cualquier componente que se aleje de las concepciones científicas han quedado absolutamente excluidos de los sistemas de diagnóstico y tratamiento.

A través de Alama, se plantea una nueva forma de comprender la enfermedad, como la “Disarmonía en el funcionamiento físico, etérico, emocional, mental o espiritual, o bien, en la relación con otras personas”. Propone que las enfermedades en general se deben a múltiples factores (ámbitos de sanación). Esta definición implica una mirada holística e integral de los problemas de salud, en el que cada aspecto de nuestra existencia puede ser observado y abordado, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, para comprender un trastorno. Desde esta perspectiva se entiende que la enfermedad comienza a forjarse en el cuerpo etérico a partir de pensamientos y emociones autodestructivos/as o destructivos/as hacia otros, alteraciones en la relación con otras personas o condiciones que acarreamos de otra vida. Esto va generando bloqueos o programas que se alojan en nuestros órganos, chakras y en nuestro campo energético, llegando a materializarse posteriormente como enfermedades fisiológicas y síntomas físicos.

Pero ¿Qué son los programas mentales y emocionales de los que hablamos? Son paradigmas, creencias, miedos y bloqueos emocionales que implican formas de ver e interpretar la realidad y que se instalan en nuestros cuerpos a partir de experiencias vividas en nuestra niñez o a lo largo de nuestra vida con personas significativas, herencias de nuestros ancestros, situaciones o energías que traemos de otras vidas.

Consecuentemente, la sanación Alama implica trascender la enfermedad y el síntoma a partir del abordaje de los programas mentales y emocionales que se encuentran instalados en órganos y partes del cuerpo y que, si no son abordados y sanados, generarán otro síntoma o enfermedad más adelante, a pesar de haber terminado con aquellos que nos llevaron inicialmente a consultar.

Una poderosa herramienta con la que trabajamos en Alama para sanar enfermedades desde este enfoque, es la Cirugía Espiritual, que se utiliza a nivel del cuerpo etérico. Éste último puede definirse como una réplica exacta del cuerpo físico (en cuanto a forma y tamaño) pero a nivel energético. Es el encargado de darnos vida y mantener nuestras necesidades y procesos físicos. Funciona como un puente entre el cuerpo físico y la manifestación inmaterial de nuestro ser.

La cirugía espiritual es una técnica energética enfocada en la extracción y mejoría de síntomas físicos, emocionales y mentales propios de alguna enfermedad. Nos permite comprender y sanar, a través de ciertas intervenciones, el origen de los padecimientos y síntomas, restituyendo la salud y el funcionamiento armónico de los cuerpos (físico, etérico, mental, emocional y espiritual) debido a la transmutación de programas y bloqueos, facilitado por la conexión Alama. A través de esta técnica podemos terminar con los síntomas, acelerar el proceso de consolidación de la armonía física, mental y emocional, estimulando la regeneración orgánica, y entender y extraer la información energética y las emociones de baja vibración.

Es fundamental considerar que antes de intervenir debemos verificar que tengamos permiso para hacerlo. Este es un punto muy importante, pues en ocasiones algunos trastornos forman parte del plan de nuestra alma, es decir, son situaciones o condiciones que hemos elegido tener en esta vida (encarnación) para poder lograr ciertos aprendizajes. En algunos casos, está permitido interferir en ellos y sanar total o parcialmente y, en otros, simplemente no está permitido. Por esta razón, siempre que se vaya a intervenir desde el sistema de Sanación Alama, el Terapeuta canaliza y pregunta si se le permite realizar el tratamiento y, hasta qué punto puede contribuir a la sanación.

A través de la cirugía espiritual se pueden lograr grandes cosas. Por ejemplo; podemos realizar cirugías etéricas, instalar órganos etéricos, transmutar el mal funcionamiento de un órgano afectado, facilitar el proceso de aceptación del cuerpo de la sangre o el órgano físico transplantado, podemos instalar células madre para regenerar tejidos y órganos dañados, extraer programas de enfermedades presentes y pasadas, regular los ciclos del cuerpo y los ritmos biológicos del ser humano, y prevenir enfermedades antes de que éstas aparezcan en el cuerpo físico.

Todo esto se hace posible a través de la infinidad de posibilidades que nos otorga el campo cuántico, en el cual existen todos los órganos del cuerpo etérico en su mejor versión, pudiendo nosotros acceder a ellos para sanar.

Suena maravilloso y lo es, pero sin lugar a dudas, lo más significativo, es que todos podemos hacerlo, tanto para ayudar a otros como para sanarnos a nosotros mismos. 

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